jueves, 24 de agosto de 2017

Cultura Hedónica Contemporánea

Cultura Hedónica Contemporánea

Creo que la actualidad que hoy vivimos podemos denominarla de esta manera. Me explico, el concepto de cultura creo que todos sabemos su significado y lo mismo ocurre con el concepto contemporáneo, por lo que nos centraremos en el concepto “hedonismo”. Este término de origen griego tiene su origen etimológico en el término “hedonismos” que se compone de dos partes claramente diferenciadas: hedone que significa placer e ismos que significa cualidad o doctrina.
El hedonismo es la doctrina filosófica basada en la búsqueda del placer y la supresión del dolor y de las angustias, como objetivo o razón de ser de la vida.
Las dos escuelas clásicas del hedonismo, formuladas en la Grecia antigua, son la escuela cirenaica y los epicúreos:
• Escuela cirenaica: se plantea que los deseos personales se debían satisfacer de inmediato sin importar los intereses de los demás (Aristipo de Cirene).
• Epicúreos: la doctrina que predicó Epicuro de Samos ha sido modificada o confundida a través de la historia, hasta el punto que algunos lo toman como un libertino mientras que otros lo consideraron un asceta. Epicuro consideraba que la felicidad consiste en vivir en continuo placer, porque para muchas personas el placer es concebido como algo que excita los sentidos. Epicuro consideró que no todas las formas de placer se refieren a lo anterior, pues lo que excita los sentidos son los placeres sexuales. Según él, existen otras formas de placer que se refieren a la ausencia de dolor o de cualquier tipo de aflicción. También afirmó que ningún placer es malo en sí, solo que los medios para buscarlo pueden ser el inconveniente, el riesgo o el error.
Mientras que la escuela cirenaica sostenía que no hay bien superior al placer y resaltaba el placer del cuerpo en lugar de los placeres mentales, la escuela epicúrea asociaba el placer con la paz y la calma, aquí se ponía énfasis en reducir el deseo y en obtener el placer de manera inmediata.
En los siglos XVIII y XIX, los filósofos británicos Jeremy Bentham, James Mill y John Stuart Mill hicieron la propuesta de una doctrina universal más conocida como utilitarismo. Según esta teoría, el comportamiento humano debe tener como criterio final el bien social. Hay que guiarse moralmente buscando todo aquello que proporciona y favorece el bienestar de un mayor número de personas.
Por tanto, se puede concluir que:
• Todos los seres humanos nacen con la posibilidad de experimentar placer.
• El placer no es bueno, ni malo, simplemente existe.
• Lo bueno o lo malo del placer reside en cómo se busca y hasta dónde llega.
• Todos los extremos son inconvenientes, el exceso de placer se convierte en vicio.
• El placer no es solamente la gratificación sensual o sexual.
• Existen placeres que a la postre traen infelicidad, insatisfacción o contratiempos, como la popularidad o la fama.
• El mayor placer para la especie humana debe girar en torno al servicio a los demás.
• Si se aprende a distinguir verdaderamente lo que es placer, se vivirán muchos momentos de felicidad.
Dentro de la filosofía contemporánea se destaca la figura de Michel Onfray quien manifiesta en una entrevista que «se cree que el hedonista es aquel que hace el elogio de la propiedad, de la riqueza, del tener, que es un consumidor. Eso es un hedonismo vulgar que propicia la sociedad. Yo propongo un hedonismo filosófico que es en gran medida lo contrario, del ser en vez del tener, que no pasa por el dinero, pero sí por una modificación del comportamiento. Lograr una presencia real en el mundo, y disfrutar jubilosamente de la existencia: oler mejor, gustar, escuchar mejor, no estar enojado con el cuerpo y considerar las pasiones y pulsiones como amigos y no como adversarios».1
La psicología positiva, basada en investigaciones científicas de psicológica cognoscitiva, ha pensado muchas veces que sustentar la felicidad en la búsqueda del placer, «la vida placentera», deriva en un mayor índice de insatisfacción. La búsqueda de una felicidad auténtica, como indica el psicólogo Martin E. P. Seligman, implica poner un mayor enfoque en el compromiso y el significado. La «vida comprometida» está basada en gratificaciones que no pueden ser adquiridas por atajos, como aprender un oficio, o un deporte; se busca el «flujo», que es el balance del reto con la habilidad. Por otra parte, la vida significativa son las acciones y creencias basadas en algo mayor a nuestro ego, acciones motivadas por un bien común, etcétera. Se ha dicho que aquellos que basan su felicidad en la «vida comprometida» y «la vida significativa» cuentan con un mayor índice de satisfacción en la vida. La «felicidad auténtica» es un concepto superior al simple hecho de no sentir dolor, sentir placer, o no sufrir enfermedades psicológicas.
Creo que actualmente este hedonismo ha derivado a la opción del placer en sí mismo y en el aquí y ahora, es decir, no existe esfuerzo para conseguir ni ser ni tener (los llamados nini), simplemente vivir la vida lo mejor que se pueda sin importar el futuro, a la espera de un no sé qué que me lo de todo pero yo no voy a sacrificar mi placer de no hacer nada para buscar un futuro mejor.
Afortunadamente esto sólo es aplicable un reducido número de personas.

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