miércoles, 21 de agosto de 2019


La vuelta al cole para los niños con TDAH

Llega septiembre, y aunque muchas familias lo están deseando, es un temido mes para muchas familias puesto que para la mayoría de ellas supone la vuelta a la rutina total: casa, clases, colegio, trabajo, niños… Después de las vacaciones de verano toca reorganizarse, planificar y estructurar actividades diarias.
La vuelta a las rutinas después de las vacaciones puede suponer un verdadero suplicio: nervios, prisas, cansancio, falta de sueño, irritabilidad, todo esto y más puede aparecer después de las vacaciones al cambiar a las rutinas. Los cambios conllevan mucho estrés y nervios, y en especial para los niños con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) esta vuelta al cole es algo que les afecta mucho.
La vuelta al cole es para cualquier familia un periodo de ajetreo y adaptación que conlleva un cierto grado de estrés, tanto para los niños como para los padres. La preparación del material escolar, libros, uniformes, cuadernos, etc... que es lo normal para cualquier familia. Sin embargo, eso es precisamente lo menos importante para las familias con hijo o hija diagnosticado de TDAH. En estos casos es mucho más importante atender a los aspectos de tipo organizativo, educativo, y emocional.
Sacarlos de la cama, la tardanza en prepararse para ir al cole, los bocadillos olvidados, las luchas de tareas de último minuto, el desayuno perdido y otras batallas diarias hacen de la temporada de regreso a la escuela una bendición mixta o una sensación agridulce para muchos padres de niños con TDAH. La transición de una rutina de verano menos estructurada a un ritmo estricto de regreso a la escuela rara vez es suave y, a menudo, provoca caos, explosiones emocionales y agotamiento.
Para una mejor adaptación a esta nueva situación es importante tener en cuenta las características específicas de nuestro hijo/a y adaptarnos a ellas a la hora de planificar y poner en marcha la vuelta al cole, cada niño es un mundo y el hecho de tener TDAH hace las cosas diferentes.
Para afrontar la vuelta al cole y las rutinas comunes y evitar problemas y decisiones erróneas lo mejor es anticiparse e ir adaptándonos poco a poco a las rutinas y horarios de forma gradual, debemos ir adaptándonos desde ya, planeando esa vuelta con antelación y previsión.
Para conseguir esta adaptación y organización es conveniente, en la medida de lo posible, no alargar las vacaciones hasta el último momento. Debemos tener en cuenta ese periodo necesario de adaptación no sólo para los niños sino también para los padres.
Preparar la vuelta al cole.
Planificación: Es importante que nos planifiquemos muy bien, para ello es conveniente tener listo tanto el material como los libros de texto (cuando sea posible) antes de que comiencen las clases. Por lo general, y una vez revisado el material que tenemos en casa podemos hacer un listado con los materiales y textos que nuestros hijos pueden necesitar. Una buena idea es acudir a comprar todo el material con el niño, para que sea de su agrado, tomarnos nuestro tiempo en conversar con él sobre la utilidad de cada cosa que adquiera. De esta forma evitaremos reiteradas compras y economizaremos el tiempo que le vamos a dedicar a esto.
También, puede que necesiten que les vayamos recordando regularmente cuánto falta para que empiecen las clases. Anticipar los acontecimientos es esencial para ellos y para nosotros como padres.
Organización de la dinámica familiar: es esencial para establecer una organización de cara al nuevo horario escolar, evitar conflictos y mantener una organización interna con responsabilidades de todos los miembros de la familia, repartirse las responsabilidades como padres en las comidas, actividades, llevar y recoger a los niños del colegio, cenas, etc., jerarquizar las tareas: "poner en primer lugar lo importante". No se puede abarcar todo de una vez y los dos padres deben trabajar coordinados de manera que tenemos que priorizar y establecer un orden.
Esto dicho así parece fácil, pero los padres con hijos diagnosticados con TDAH han de tener en cuenta que las mañanas difíciles generalmente están vinculadas a las debilidades de la función ejecutiva. Un niño con TDAH no tiene un sentido sólido del tiempo, se distrae fácilmente y carece de pensamiento futuro: la capacidad de comprender cómo las acciones de uno en el presente afectan su futuro, negativa o positivamente. Una vez que un padre comprende estos desafíos, puede trabajar productivamente para enfrentarlos con un horario familiar más inteligente.
Buscar su colaboración: Pedirles su colaboración para preparar la vuelta al cole puede ser buena idea. Involucrarles y darles responsabilidad es bueno para que se sientan útiles e importantes y puede despertar su interés y motivación por el colegio. Que nos ayude a preparar el material, a hacer el horario escolar, compra de material, así como que tomen parte de las diferentes actividades extraescolares disponibles según la disponibilidad y preferencias.
Fomentar la motivación con actitud positiva: fomentar la motivación de empezar el nuevo curso buscando y destacando los aspectos positivos de volver al cole puede ayudar a motivar a los niños a empezar con positivismo esta nueva etapa: el reencuentro con los amigos, excursiones, el recreo, nuevas actividades, la posibilidad de hacer nuevas amistades, poner en práctica lo aprendido durante el verano, etc.
Dar apoyo a nuestros hijos en su nueva etapa escolar: Escuchar los miedos e inquietudes de nuestros hijos, no negarlos e intentar razonarlos. El niño con TDAH puede estar más nervioso ante la vuelta al cole porque, en muchas ocasiones, sus experiencias allí no han sido siempre positivas. Favorecer la comunicación con nuestros hijos hará que cuente con un apoyo familiar ante los problemas que puedan surgirles y de ese modo pueda afrontar mejor las situaciones difíciles que puedan surgirle (fracaso escolar, rechazo de los iguales, sensación de incompetencia, frustración, etc.). Es aconsejable que mantengamos con nuestros hijos una comunicación abierta y comentar con ellos su día de colegio, escucharlos sin juzgar, apoyarlos, etc.
Trasmitirles confianza en sí mismos: Se trata de transmitir confianza y seguridad para el nuevo curso. No olvidemos que están sometidos a una gran presión y que suelen tener mayor sentimiento de fracaso. Buscar siempre el aprendizaje sobre el éxito, maximiza los resultados, potencia la autoestima y garantiza la motivación sobre la tarea. Debemos adecuar la tarea a sus capacidades, de tal manera que se sienta competente y confiado en sus capacidades.
Programar y coordinar las actividades extraescolares: Debemos tener en cuenta también a la hora de organizarnos, las actividades extraescolares. Las actividades extraescolares son muy beneficiosas para estos niños, ya que ayudan a canalizar la energía y las emociones, pero no debemos olvidar que sobrecargar con excesiva actividad extra-escolar puede ser contraproducente. Lo primero que nos debemos plantear es la necesidad de cada una de ellas y si son realmente estimulantes y adecuadas para el correcto desarrollo y evolución de nuestro hijo con TDAH.
Hay que jerarquizar las necesidades intentando encontrar un equilibrio entre una actividad de tipo lúdico/deportiva y una actividad de formación extracadémica (idiomas, música, refuerzo académico, etc.)
Los deportes son siempre una excelente opción dado que, por ejemplo, en aquellos que se practiquen en equipo va a poder emplear y desarrollar las habilidades sociales que posee, pero siempre aconsejamos deportes de equipo con número reducido de participantes o deportes individuales (pero en compañía) donde se planten retos personales.
Por su parte, hay muchos que precisan de apoyo académico fuera del aula, para lo que os recomendamos que este sea en grupos lo más reducidos posibles o, mucho mejor, de manera individual. Con ello evitamos distracciones y aseguramos que el tiempo que dedica a ello es mucho más aprovechado.
Recuperar las rutinas: Es muy importante empezar a adaptarse a las rutinas un tiempo antes de que comience el cole (volver a los horarios de descanso, comidas, sueño, etc.). Semanas antes debemos ir acostando a los niños antes para levantarlos a una hora más temprana hasta llegar a los horarios normales, reduciendo paulatinamente las horas de juego y tiempo libre (que suelen ser más amplias durante las vacaciones) para sustituirlas por otras actividades más relacionadas con lo académico (leer, repasar, escribir, etc.). Debemos tener en cuenta que, si no se han seguido las rutinas durante el verano, volver a ellas puede ser muy complicado. Probablemente tendremos que dedicar más tiempo a supervisar, recordarles más a menudo qué deben hacer, cómo y cuándo.
Las rutinas son indispensables para los niños con TDAH y para sus familias. La finalidad de una rutina o estructura es garantizar un buen equilibrio entre actividad y descanso, entre estimulación física y mental, y entre actividades que permiten al niño desarrollarse como individuo y las que le enseñan aptitudes sociales y de convivencia con sus semejantes. Cuando hablamos de hábitos y rutinas hablamos de automatización de conductas; los niños con TDAH tienen muchísima dificultad para automatizar conductas y esto tiene que ver con el retraso en el desarrollo del lenguaje interno, otra de las Funciones Ejecutivas afectada.
Para muchos de vosotros la rutina de la mañana es de las más complicadas del día: levantarse, vestirse, desayunar… puede llegar a resultar caótico y hacernos llegar tarde al colegio y al trabajo. Para ello, es muy importante que desde pequeños trabajemos con ellos la interiorización de rutinas, la adquisición de hábitos, y realizarlo por ejemplo a través de un sistema de economía de fichas, contratos, etc. Si nos encontramos con niños más mayores podemos adaptar este sistema a sus preferencias e ir con ello logrando, poco a poco, el mejor desarrollo de rutinas.
Por ello, os doy estos 10 pequeños consejos que os facilitaran el volver a establecer una rutina de cara al nuevo curso escolar:
1.      Establecer un programa de las actividades diarias. Lo ideal es que lo hagáis juntos y así el forme parte del proceso organizativo.
2.      Concretar un horario y plazo límite para realizar cada una de las actividades del programa.
3.      Utilizar un código de color para clasificar las actividades y tareas. De esta forma será más fácil identificarlas.
4.      Colocar el programa de actividades en un lugar y a una altura accesible para el niño. De esta forma le resultará fácil consultarlo.
5.      Crear listas de materiales necesarios para cada una de las actividades, para que pueda comprobar que no se le olvide nada a la hora de comenzar, ni a la hora de recoger cuando haya terminado.
6.      Utilizar sistemas de organización para que le resulte sencillo encontrar lo que necesite. Una zona para los libros, otra para los juguetes, otra para las cosas del colegio…
7.      Elaborar una lista de organización para determinar dónde se guarda cada cosa.
8.      Enseñarle a utilizar el reloj y asegurarse de que lo lleve puesto, para que pueda gestionar el tiempo de cada una de las actividades y tareas.
9.      Establecer un sistema de recompensa para los casos de organización eficaz.
10.  Procurar que el niño tenga ocasión de demostrar su talento para ayudarle a reforzar su autoestima.
Retomar los sistemas de organización en casa: Los carteles con normas y límites, rutinas y horarios pueden volver a ser necesarios. Es importante revisar las antiguas normas con el fin de valorar si consideramos que deben seguir vigentes o debemos realizar modificaciones. A medida que pasan los cursos, los niños deben asumir más responsabilidades y las consecuencias de sus acciones deben ser más coherentes con su grado de madurez y entendimiento. Empezar, por lo menos, dos semanas antes hará más fácil interiorizar las normas y recuperar la dinámica familiar del curso.
No hay que olvidar que a veces los niños responden al estrés de la vuelta al cole con llantos, rabietas, dificultades para dormir, irritabilidad. Esto puede ocurrir incluso si hemos preparado y anticipado la vuelta al cole. Normalmente no es preocupante, estas conductas suelen ser pasajeras y terminan desapareciendo. Pero si tarda mucho en adaptarse o las conductas empeoran hay que hablar con el profesor para tratar de averiguar qué pasa y si es necesario acudir a un profesional.
Gestionar las ayudas y los protocolos: Establecer un calendario de citas y seguimiento con el centro escolar y los servicios de salud es fundamental de cara a valorar el desarrollo y la evolución de nuestro hijo/a y revisar y plantear objetivos.
En el aspecto sanitario debemos revisar y actualizar los informes clínicos, valorar el progreso, cambios significativos, el peso y la talla y la adecuación del tratamiento farmacológico, así como la revisión de las pautas y objetivos terapéuticos.
En el aspecto académico debemos revisar los informes psicopedagógicos con el fin de verificar que la valoración psicopedagógica está en vigor o solicitar la realización de una si no se tiene ésta. También es importante solicitar una cita con el orientador y el tutor escolar al principio de curso, con el fin de plantearles la situación de nuestro hijo/a, establecer objetivos académicos y personales y gestionar las ayudas y apoyos desde el centro escolar y el hogar. También es importante revisar las ayudas y los apoyos económicos con lo que podemos contar desde las diferentes instituciones.
El rincón de estudio.
Sabemos que uno de los caballos de batalla para muchos niños con TDAH es el ámbito académico. Es importante que, para poder enfrentarse de la mejor manera posible al estudio y a las tareas, cuenten en casa con un rincón exclusivamente dedicado al estudio. Este puede estar o no en su habitación, dependerá de la organización de cada casa, pero es importante que cuente con unas características propias:
·         Evitar elementos distractores como televisiones, radios, teléfonos y cualquier aparato electrónico que sea de su agrado.
·         Que cuente con espacio para poder tener organizado el material de clase, libros, libretas y todo lo que hayamos adquirido en la compra de material. Recordemos que si cada cosa cuenta con un sitio definido para depositarlo, será mucho más fácil para el niño no extraviar nada y también guardarlo y encontrarlo cuando lo necesite. Podemos emplear etiquetas o tarjetas para marcar el sitio de cada elemento, por ejemplo. Si hacemos esta tarea de organización con él, no lo verá como algo impuesto e incluso pude resultar divertido para él además de tranquilizador al saber que antes de comenzar las clases cuenta con todo lo que va a necesitar.
·         La luz y la comodidad también son requisitos indispensables. Una buena lámpara y una silla cómoda mejorarán las condiciones que tenga su rincón de estudio.
·         Espacio despejado en su mesa de trabajo. Cuantos menos objetos tenga a la vista, más difícil le resultará distraerse. Para ello es recomendable guardarlo todo en cajones o cestas marcadas. De esta forma también será más sencillo para él mantener el orden de este espacio.
Las tareas de casa.
Es importante que los niños, en función de su edad, colaboren en el mantenimiento de las labores de casa, ya que esto les ayuda a verse parte de la familia y a adquirir responsabilidades y autonomía.
Para hacerlo, como siempre, es recomendable que el niño tome parte en la planificación y reparto de tareas que se haga, que se tenga en cuenta su opinión y, por qué no, sus preferencias, así las tareas que realice serán más de su agrado y las desarrollará mejor.
Tiempo en familia.
Reconocemos que en muchas ocasiones es costoso llevar a cabo el día a día entre trabajo, colegio, casa, actividades extraescolares y un sinfín de cosas más, por ello es importante que reservéis tiempo durante la semana para la familia, para pasar tiempo juntos, leer, pasear o hacer aquello que os guste, ya que es una forma estupenda de recompensar todo el esfuerzo que diariamente, padres e hijos, realizáis.

¡¡¡Los niños con TDAH no son problemáticos, tienen un problema!!!

Mindfulness, Terapia Complementaria o Alternativa del TDAH en Adultos Estudio piloto