domingo, 14 de julio de 2019

¿TDAH o Trastorno de la Función Ejecutiva?


¿TDAH o Trastorno de la Función Ejecutiva?

Realmente intento mantener mi mente en lo que está diciendo la profesora, pero no puedo hacerlo mucho tiempo […] estoy escuchando lo que ella dice y después a alguien se le cae un lápiz y tengo que estirar el cuello para buscar dónde cayó; después escucharé a la profesora otro par de minutos, y poco después estoy pensando en algún programa de televisión que vi la noche pasada […]. Un par de segundos después comenzaré a divagar sobre lo que voy a hacer después de la escuela […], y después miro el reloj y me pregunto cuánto falta para que termine la clase. Todas estas cosas pasan por mi mente a la vez, es como si estuviera viendo cuatro canales de la tele a la vez. Es muy difícil mantenerte atento a lo que está diciendo alguien a quien quieres escuchar.
Comentario realizado por un niño en entrevista de
Thomas Brown (2006).

Un niño, un adolescente o un adulto con trastorno por déficit de atención (TDAH o TDA) puede ser hiperactivo, inatento y / o impulsivo. Los clínicos siempre han entendido la hiperactividad y la impulsividad. Sin embargo, la comprensión de la falta de atención ha pasado de ser principalmente "la incapacidad de permanecer en la tarea" a un concepto más amplio llamado trastorno de la función ejecutiva (EFD), que implica un patrón de dificultades crónicas en la ejecución de las tareas diarias. Esto a veces se llama disfunción ejecutiva.
Estas personas carecen de las habilidades para manejar la frustración, comenzar y completar tareas, recordar y seguir instrucciones de varios pasos, mantenerse en el camino, planificar, organizar y autocontrol. Los terapeutas del TDAH y otros profesionales que pueden evaluar y diagnosticar el TDAH suelen señalar los problemas de la función ejecutiva, pero muchas familias los descartan como menos críticos que otros desafíos de aprendizaje. Sin embargo, está claro que el funcionamiento ejecutivo efectivo es un factor clave para remediar las dificultades académicas.
Hay mucha confusión en torno a la "función ejecutiva", y cómo se relaciona con el TDAH. ¿El TDAH es un trastorno de la función ejecutiva? ¿Todos los trastornos de la función ejecutiva también son TDAH? Las respuestas dependen de lo que entendemos por "funciones ejecutivas" y de cómo se relacionan con la autorregulación.
Russell Barkley, Ph.D., una autoridad reconocida internacionalmente sobre el TDAH, explica cómo los déficits de la función ejecutiva se originan en el cerebro y cómo pueden servir como signos de alerta temprana del TDAH.
El término "funcionamiento ejecutivo" fue acuñado en la década de 1970 por Karl Pribram, cuya investigación indicó que las funciones ejecutivas están mediadas principalmente por la corteza prefrontal. Tradicionalmente, se ha utilizado ampliamente en neuropsicología, psicología clínica y psiquiatría. En los últimos años, sin embargo, se ha extendido al campo más amplio de la psicología general y a la educación.
La Función Ejecutiva engloba un conjunto de procesos cognitivos mediados por el lóbulo frontal del cerebro. Estos procesos tienen como papel principal regular el comportamiento y las emociones para ayudar a la persona a desenvolverse y adecuarse a las exigencias de su entorno inmediato.
Así pues, podemos definir la Función Ejecutiva, como un conjunto de capacidades y habilidades mentales implicadas en una cadena de procesos -regulación, anticipación, supervisión, generación, ejecución y reajuste de conductas ante una situación novedosa- que facilitan la formulación y planificación de metas, y el logro de las mismas de manera eficaz y autosuficiente. La Función Ejecutiva coordina y organiza los procesos cognitivos básicos, como la memoria y percepción, para solucionar problemas de manera propositiva. Según Barkley, es, además, un modelo de acción auto-dirigido que permite globalizar las consecuencias sociales, considerando de manera simultánea las consecuencias inmediatas y posteriores de las distintas alternativas de acción.
Las habilidades o destrezas que componen la Función Ejecutiva son iniciativa, control inhibitorio, planificación, organización, flexibilidad, memoria de trabajo, y monitoreo. A continuación, se explica cada una de ellas:
·         Iniciativa: Está relacionada con la activación cognitiva, la motivación y la generación de ideas para iniciar una tarea.
·         Control inhibitorio: Permite inhibir impulsos generados por la propia persona o el medio exterior que puedan poner en riesgo el plan. Inhibe la memorización de información irrelevante, la interferencia de recuerdos de eventos anteriores y permite parar la acción en un tiempo determinado. Esta capacidad está fuertemente relacionada con el rendimiento académico y las relaciones sociales. El fallo en la inhibición de una respuesta induce a la perseveración.
·         Control emocional: Permite modular las respuestas emocionales ante eventos estresantes, o de cualquier tipo. Un control emocional pobre conduce a la labilidad y explosividad emocional.
·         Planificación y organización: Son las capacidades que engloban la formulación de hipótesis, estimaciones cognitivas, y el generar estrategias eficaces para la resolución de problemas. La planificación integra, secuencia y desarrolla los pasos para lograr un objetivo.
·         Flexibilidad: Es la habilidad para retroceder, corregir y cambiar los planes a partir de la evaluación de los resultados conseguidos, así como si existen cambios en el medio ambiente o en las condiciones en las que se lleva a cabo la tarea. Es, además, la generación de nuevas estrategias de acción, la capacidad para la creatividad y la originalidad.
·         Memoria de trabajo: La memoria de trabajo está implicada en cualquier actividad de la vida cotidiana, ya que requerimos mantener activa la información de nuestro entorno en la mente, y retenerla por un breve periodo de tiempo sin que el estímulo esté presente, con el fin de ejecutar planes de acción. Además, es esencial para la convivencia en grupo con otras personas, para entablar discusiones o conversaciones en las que se intenta entender lo que el otro está diciendo mientras uno mismo se formula la respuesta.
·         Monitorización: Consiste en revisar todos los pasos, detectar errores y corregirlos.
La Función Ejecutiva se desarrolla desde primeras edades y es un factor esencial en la vida cotidiana de los niños. Les permite adaptar su conducta para relacionarse con sus pares, para responder emocional y socialmente a las situaciones que se les presentan, rendir eficientemente en el ámbito escolar, resolver problemas o simplemente para realizar actividades novedosas o complejas. Disfunciones en estos procesos tendrán como consecuencia una mala regulación emocional y conductual, y un deficiente o nulo logro de objetivos, lo que afectaría de manera directa el desempeño escolar, el aprendizaje y la socialización de los niños.
Según Barkley, el TDAH es uno de los trastornos más prevalentes en la infancia y diversos investigadores han documentado que se caracteriza por un marcado deterioro en el funcionamiento ejecutivo. Los niños con TDAH suelen ser desorganizados, se olvidan de las cosas y perseveran en los errores que cometen, ya que no se dan cuenta de los mismos y a veces les cuesta trabajo reconocerlos aun cuando una persona se los demuestre. En ellos es evidente la falta de flexibilidad para cambiar estrategias y planificar en función de una nueva tarea. Se distraen con facilidad cuando están ejecutando alguna actividad, les cuesta regresar la atención y seguir el hilo de la misma. Todas estas situaciones son expresiones de déficits en la Función Ejecutiva.
Hasta ahora, conocemos cuatro circuitos en esta parte del cerebro que se relacionan con el funcionamiento ejecutivo y los déficits del funcionamiento ejecutivo.
-        El circuito "Qué": va desde el lóbulo frontal, especialmente la superficie externa, hacia un área del cerebro llamada ganglio basal, en particular una estructura llamada estriado. El circuito "Qué" está vinculado a la memoria de trabajo, por lo que es en este circuito que lo que pensamos comienza a guiarnos en lo que hacemos. Esto es particularmente cierto cuando se trata de planes, objetivos y el futuro.
-        El Circuito “Cuándo”: este segundo circuito va desde la misma área prefrontal hasta una parte muy antigua del cerebro llamada cerebelo, en la parte más posterior de la cabeza. El Circuito “Cuándo” es el circuito de sincronización del cerebro: no solo coordina la suavidad del comportamiento y la secuencia de la conducta, sino también la puntualidad de sus acciones y cuándo hace ciertas cosas. Un circuito “Cuándo” que funciona incorrectamente en una persona con TDAH explica por qué a menudo tenemos problemas con la administración del tiempo.
-        El circuito "Por qué": el tercer circuito también se origina en el lóbulo frontal y pasa por la parte central del cerebro (conocida como el cingulado anterior) hacia la amígdala, la puerta de entrada al sistema límbico. A menudo se lo denomina circuito "caliente" porque está vinculado a nuestras emociones: es donde lo que pensamos controla lo que sentimos y viceversa. Es el que toma la decisión final en todos nuestros planes. Cuando pensamos en varias cosas que podríamos estar haciendo, este es el circuito que finalmente elige entre las opciones basadas en cómo nos sentimos acerca de ellas y sus propiedades emocionales y motivacionales.
-        El circuito "Quién": este circuito final va desde el lóbulo frontal hasta la parte posterior del hemisferio. Es donde tiene lugar la autoconciencia, es donde estamos conscientes de lo que hacemos, cómo nos sentimos (tanto interna como externamente) y lo que nos está sucediendo.
Al ver el TDAH en relación con estos cuatro circuitos, puede comprender dónde se originan los síntomas. Dependiendo de qué circuitos estén más deteriorados y menos deteriorados, puede ver una variación en los tipos de síntomas que cualquier persona va a tener. Algunas personas tienen más déficit de memoria de trabajo. Otras personas tienen más problemas de regulación emocional. Algunas personas tienen más dificultades con el tiempo, pero menos dificultades con todas las demás. Pero todos ellos involucran estos circuitos.
Entonces, sabemos qué partes del cerebro controlan las funciones ejecutivas y sabemos cuáles son, pero ¿cómo las reconocemos en nuestro quehacer diario? Hablando en términos generales, la función ejecutiva se refiere a las capacidades cognitivas o mentales que las personas necesitan para perseguir sus objetivos activamente. En otras palabras, se trata de cómo nos comportamos hacia nuestros objetivos futuros y qué habilidades mentales necesitamos para lograrlos.
El término está muy relacionado con la autorregulación: las funciones ejecutivas son cosas que te haces a ti mismo para cambiar tu comportamiento. Al emplear sus funciones ejecutivas de manera efectiva, espera cambiar su futuro para mejor.
La función ejecutiva se juzga por la fuerza de estas siete habilidades:
1. Autoconciencia: esto es atención autodirigida.
2. Inhibición: también conocida como autocontrol.
3. Memoria de trabajo no verbal: la capacidad de mantener las cosas en tu mente. Esencialmente, imágenes visuales: cómo de bien puedes imaginarte las cosas mentalmente.
4. Memoria de trabajo verbal: auto-discurso, o discurso interno. La mayoría de la gente piensa que esto es su "monólogo interior".
5. Autorregulación emocional: la capacidad de tomar las cuatro funciones ejecutivas anteriores y usarlas para manipular su propio estado emocional. Esto significa aprender a usar palabras, imágenes y su autoconciencia para procesar y alterar cómo nos sentimos acerca de las cosas.
6. Auto-motivación: ¿Cómo puede motivarse para completar una tarea cuando no hay una consecuencia externa inmediata?
7. Planificación y resolución de problemas: a los expertos a veces les gusta pensar en esto como "juego propio": cómo jugamos con la información en nuestras mentes para encontrar nuevas formas de hacer algo. Al separar las cosas y combinarlas de diferentes maneras, estamos planeando soluciones a nuestros problemas.
¿Te suena familiar esta lista? Cualquier persona que muestre los síntomas clásicos del TDAH tendrá dificultades con todas o la mayoría de estas siete funciones ejecutivas. Los problemas con la inhibición en alguien con TDAH conducen a acciones impulsivas, por ejemplo: los problemas con la regulación emocional conducen a arrebatos inapropiados.
Por todo ello concluimos que esencialmente, el TDAH es un trastorno por déficit de la función ejecutiva (EFD). El término general "TDAH" es simplemente otra forma de referirse a estos temas.