domingo, 28 de julio de 2013
Asociación Nazarena de Familiares y
Afectados por Trastorno Hipercinético (ANFATHI)
ESCUELA DE PADRES “Soy coach de mi hij@”
Dr. Psicología Hipólito Macías Pichardo
TDAH: LA ACEPTACIÓN
La aceptación del Trastorno por Déficit de la Atención e
Hiperactividad (TDAH) parte del entendimiento, es decir, de saber por qué
nuestro hijo hace lo que hace, porqué reacciona de esta manera, por qué no
resultan efectivas determinadas medidas y en cambio sí lo son otras, porqué no
es capaz de hacer determinadas cosas, porqué muestra interés o desinterés ante
determinados estímulos, porqué le cuesta tanto cambiar y adaptarse, etc.
Pero la aceptación no es sólo conocer y entender el trastorno
sino tomar conciencia, implicarse y comprometerse de forma activa en la
intervención con el niño en sus dificultades, objetivos y tareas.
La aceptación debe de estar presente en todos los sujetos de
apoyo que rodean al niño (escuela, familia, ámbito social, la Sociedad) pero en
ocasiones nos encontramos con situaciones donde sólo algunos de estos sujetos
aceptan el trastorno mientras el resto se mantiene indiferente, o incluso lo
rechaza.
Los padres con niños con Trastorno
por Déficit de Atención e Hiperactividad son culpabilizados de los desajustes
de sus hijos por la propia familia, el colegio y la sociedad. Por ello, desde
la Asociación Nazarena de Familiares y Afectados por el Trastorno Hipercinético
(ANFATHI) nos tomaremos muy en serio lo anterior. Para ello se llevarán a cabo
campañas con el fin de conseguir la aceptación del TDAH en todos los ámbitos de
la vida y que este trastorno sea visto por todos como una cosa tan normal como
puede ser el poner gafas a nuestro hijo cuando tiene un problema de vista.
Por todo ello, los padres deben tener conciencia
de que tendrán que educar a un “niño desconcertante” porque será
inteligente y cariñoso, pero también más inmaduro en todo lo que se refiera a
las funciones asociadas al lóbulo frontal.
Un niño
hasta 3 años podrá parecer menor en su capacidad para controlarse físicamente
(más hiperactivo o impulsivo) y para controlarse emocionalmente (exteriorizará
más sus emociones, las positivas y negativas). Pero, el niño con TDAH también
se cansará antes en tareas que requieran atención sostenida, le costará mucho
automatizar las rutinas diarias, perderá cosas, tendrá más olvidos, etc.
Los padres deberán pues, ser pacientes, ajustar sus demandas a la capacidad real de niño (para ello
necesitarán apoyo de un profesional), plantearse objetivos concretos y tener
una actitud vital y positiva ayudándoles a destacar sus logros. Pero, también deberán formarse en educación
(con estos niños no vale ser un padre de tipo medio), aprender a reorganizar su
vida para que todo sea más llevadero, buscar apoyos familiares y sociales,
aprender a no caer en el sentimiento de culpa y controlar su propio estrés.
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